En la situación actual que vivimos, de enfrentamiento a la pandemia del Covid-19, la atención a la salud y la seguridad de la población, recae en un alto porcentaje, en la responsabilidad del ejercicio profesional de todo el personal de salud que participa en los diferentes niveles y espacios de atención pública.
Se trata de profesionales de alto nivel técnico científico y humano, con un elevado compromiso con sus deberes, con capacidad de construir una actitud calmada en situaciones difíciles, incluso que asumen de manera autónoma y argumentada la decisión de permanecer en sus puestos de trabajo sin flaquear. Pero esto no los hace inmune a transitar por situaciones del orden de lo psicológico, de tramas subjetivas complejas, emotivo-tensionales, potencialmente dañinas, que es necesario identificar, reconocer, prestarles la debida atención. Esto, precisamente en aras de mejorar el bienestar y la disposición general que permitirá darle
continuidad a las difíciles tareas que están emprendiendo.
Es por ello que algunas reflexiones y consejos, dirigidas al personal de salud que nos está cuidando, pudieran no estar de más en estos momentos, y resultar de utilidad operativa.