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Las per­so­nas que tie­nen a fami­lia­res des­apa­re­ci­dos, pre­sen­tan un due­lo inaca­ba­do, expli­có José Anto­nio Vir­se­da, vice­pre­si­den­te de Psi­có­lo­gos Sin Fron­te­ras México.

De acuer­do con el exper­to, una de las pér­di­das “más terri­bles” es la muer­te de un hijo, cuya situa­ción es de las más crí­ti­cas para un ser humano en lo emocional.

Pero en el caso de quie­nes se des­co­no­ce su ubi­ca­ción, argu­men­tó que la fami­lia no pue­de con­cluir el due­lo debi­do a que no están las evi­den­cias del desaparecido.

“Como fal­ta el cue­ro o algo, eso quie­re decir que el due­lo no ter­mi­na y enton­ces ima­gí­ne­se, la lucha entra la espe­ran­za de que no esté muer­to por­que nadie ha dicho: ‘aquí está’”, puntualizó.

Pos­te­rior a enca­be­zar la inau­gu­ra­ción del Pri­mer Con­gre­so Nacio­nal Psi­có­lo­gos Sin Fron­te­ras Méxi­co, rea­li­za­da en la Facul­tad de Psi­co­lo­gía de la UASLP, lamen­tó que el país esté lleno de fosas ‑clandestinas‑, por lo cual, es nece­sa­rio que las auto­ri­da­des otor­guen la repa­ra­ción del daño a las familias.

“Noso­tros tene­mos miem­bros que jue­gan un papel impor­tan­te en las des­apa­ri­cio­nes. Nues­tro pre­si­den­te es miem­bro de la Comi­sión Nacio­nal de los Dere­chos Huma­nos y tie­ne que ver con los des­apa­re­ci­dos de Ayotzi­na­pa”, comentó.

Auna­do a lo ante­rior, remar­có que las per­so­nas cer­ca­nas al des­apa­re­ci­do tam­bién sufren revic­ti­mi­za­ción, pues agen­tes exter­nos a su seno fami­liar les refie­ren que: “‘¿Qué hijos ten­drías?’ ¿Cómo los educaste?’”.

Fuen­te: Pul­so